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Opinión

¡¡¡El honor militar¡¡¡

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Contra lo que algunos opinan, la deontología, y concretamente la deontología militar, es decir, el estudio de los deberes militares, y de las obligaciones, en tanto que sean deberes, no es ociosa. Hay normas fijas, dice Vigón, para alcanzar la perfección; y no es cierto, como opina Marañón, que lo mejor con respecto a la conducta moral sea siempre la que sea mas eficaz; la verdad, un poco distinta, es que la conducta que se ajusta más estrechamente a la moral, es, en último término, la más eficiente. Que un espíritu reflexivo pueda descubrir por si mismo las normas a las que ha de someterse no es discutible; pero inferir de esto que la conducta profesional no tiene por qué someterse a las leyes ni reglamentos, es una invitación a todos los desvaríos de la inmodestia, a todos los riesgos de la necedad.

Un militar no puede ser un buen cristiano si no es un buen soldado; y nunca será mejor soldado que cuando viva como un cristiano perfecto. A principios del XIX todavía estudiaban los Caballeros Cadetes del Colegio de Artillería un breve catecismo militar, que les enseñaba: “Al modo que peca un magistrado cuando juzga mal por ignorancia, así también peca un comandante cuando ordena mal sus tropas por la misma causa. Cada uno está obligado a saber de su oficio; y el honor y la conciencia obligan en todos los estados a renunciar los encargos que no sean capaces de desempeñar. Si un joven que abraza la carrera de las armas se persuadiera que por honor y por conciencia es responsable de los males que originaría su ignorancia o poca aplicación, sería difícil que con los principios de un buen nacimiento y educación se abandonase a la pereza”.

Se puede decir que el verdadero honor es el estímulo humano que nos induce a cumplir rectamente nuestros deberes, cuando nuestra vida no está inspirada en un sentido religioso.

Para las sanciones humanas establecidas para los que faltan a sus obligaciones, y el castigo que amenaza a los que faltan a sus deberes, el honor militar tiene exigencias intermedias: más severas que las leyes y los reglamentos castrenses, porque el honor es más susceptible que la venganza publica; pero menos estricta que la Ley de Dios y también menos clemente y piadosa que la justicia divina; pero, en todo caso, censuras referidas a ciertos actos u omisiones “que lesionen principios o intereses vitales de la convivencia social”.

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Así entendido, el ámbito del honor queda sujeto a la circunstancia histórica sólo en la medida que ella determina la elevación mayor o menor de la barrera de imperativos legales; o en cuanto, por razones de cualquier orden, las exigencias del grupo social que lo discierne experimentan variación de volumen.

Cuando el área de estos grupos sociales coincide con las de las corporaciones profesionales, vienen a hacerse éstas, además de censoras del honor de sus individuos, depositarias y participantes de él, de donde le viene a la propia corporación una suerte de prestigio, el honor del gremio, que, de nuevo, redunda sobre cada uno de sus individuos. Nuestra profesión que, como tal, posee un Código moral de conducta como son las Reales Ordenanzas, no pretende que todos los profesionales sean honorables por naturaleza, sino que dado el caso de comportarse innoblemente, el resto de los profesionales de la milicia tienen la potestad de exigir que este descarriado vuelva a respetar las normas de conducta que en las citadas se exige para todos los miembros de las Fuerzas Armadas.

El hecho de que las exigencias sean distintas de una corporación a otra es, en cambio, indicio de insolidaridad espiritual, que no habla bien de la sociedad que las integra.

La medida de su perfección la dará la tasa del rigor y la amplitud del círculo de su vigencia.

Que aquél se haya ejercido se haya ejercido en direcciones inconvenientes es una desdichada historia. “El conflicto, dice Valdecasas, entre los preceptos de la moral cristiana y la moral propia de la sociedad no es exclusiva de ninguna época”. Pero la gloria de la nuestra sería que todos entendiesen que sólo en la univocación de todas las exigencias profesionales, con los preceptos morales, está el fundamento del perfeccionamiento social. Cuando esto ocurra, y todo hombre en su oficio, se haga cargo del deber que le marca su Código deontológico, el progreso técnico y el bienestar material vendrán por añadidura.

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Teniente coronel de Infantería y doctor por la Universidad de Salamanca.

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Opinión

“La exhibición del psicópata gobernante”. Por Alvise Pérez

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Opinión de Alvise Pérez:

Pedro Sánchez no monta el show por la denuncia a Begoña Gómez; un mitómano narcisista como él dejaría antes a su mujer que a la Presidencia del Gobierno de España que tanto le blinda judicialmente.

Sería fácil decir que todo ha sido por el Caso Koldo que nosotros mismos iniciamos y en donde yo mismo estoy personado como denunciante y víctima de dicha trama (gracias a ello sabemos los paraísos fiscales de Ábalos, las relaciones más que personales de Javier Hidalgo con Begoña Gómez, y todas las comisiones cobradas) pero como aquí se trata de encontrar la verdad, hemos advertido qué más ha coincidido con esta sorpresiva denuncia, y vemos un detalle importante: Hace menos de 24 horas la Audiencia Nacional reabrió el caso Pegasus sobre el espionaje a Sánchez.

¿Por qué la Audiencia Nacional ha reabierto el caso? Porque la DGSE francesa remitió este mismo mes al CNI ‘información de interés’ que la inteligencia española ha analizado y entregado al Juez.

Qué han logrado aportar los franceses es todavía un misterio: ¿Un trío en la sauna gay del suegro? ¿Las maletas de Delcy? ¿La trama de comisiones en mascarillas? ¿Datos del asesinato de cientos de personas en un interurbano de Madrid hace 10 años? No lo sabemos.

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Lo que sí sabemos es que las periciales del CNI certificaron el espionaje de 4 teléfonos móviles pertenecientes a:

1. Pedro Sánchez (Presidencia)
2. Margarita Robles (Defensa)
3. Grande-Marlaska (Interior)
4. Luis Planas (Agricultura)

Esto es; se hackearon 12GB en total (más de 3Gb sólo a Sánchez) sin contar claves para nubes de información (chats, mensajes, emails, metadata general, historial de llamadas, etc)

La pregunta en todo caso es: ¿Se irá Pedro Sánchez, o es una estrategia para reforzarse en el poder?

Difícilmente se vaya tras 6 años controlando la Justicia, colocando a la Fiscal General, traficando maletines por Barajas, siendo incapaz de justificar 39 vuelos a República Dominicana en los últimos 3 años, o la orden directa de crédito a República Dominicana de 46 millones de euros para “sanear las zonas costeras del país”y “un proyecto de hermanamiento para transformar la Justicia” del país (meros proyectos de blanqueo)

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¿Por qué tal dinero, por cierto? Pues porque en República Dominicana no tienes que tributar por lo que generas fuera pero sí por lo que haces dentro.

Es decir: Todo aquél que recibe dinero del exterior no tiene que declararlo y por tanto lo disfruta ‘íntegro’ para lo que desee.

¿Por qué, además, buscan todos la nacionalidad dominicana? Porque en ese país los nacionales pueden abrir empresas en el extranjero sin comunicarlo a ese país, y eso les permite abrir cuentas y sociedades en paraísos fiscales sin problema legal alguno con el dinero en efectivo robado en terceros países como España.

El próximo lunes Pedro Sánchez nos dará a conocer si ya ha robado lo suficiente para marcharse a República Dominicana como el resto de exPresidentes y Ministros impunes de este país, o si todo ha sido un ‘punch’ mediático para revitalizar la victimización persecutoria que tan bien se le da al mismo Presidente que ataca a la mujer de Feijóo y novio de Ayuso.

Lo único claro es una cosa:

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Estos parásitos de la partitocracia lo han podrido ya todo, y el próximo 9 de Junio tenemos que aplastarles con las papeletas que logremos gracias al boca a boca masivo.

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