(Foro AD) España es un país sumido, de facto, en una dictadura ideológica que ha asumido como propio el objetivo del feminismo antimasculinista consistente en castrar a los varones.

Y puesto que la castración anatómica es, por el momento, algo demasiado políticamente incorrecto de hacer, incluso para los grupos feministas más exaltados e influyentes, he ahí que han optado por un objetivo más lento pero igualmente efectivo: la castración anímica.

La castracion animica se consigue mediante la amenaza latente que supone la existencia de este tipo de sentencias desproporcionadas que no hacen más que retratar la aceptación que la actual casta judicial ha hecho de la ideología feminista radical.

Bastó que el entonces recién estrenado gobierno manifestase su incomodidad por la sentencia emitida contra Juana Rivas para que, a partir de entonces, el estamento judicial haya adoptado toda clase de medidas encaminadas a congraciarse con ese gobierno, siendo la más significativa de ellas la de sentar jurisprudencia a la hora de tipificar diferencialmente la agresión cometida por un hombre de la perpetrada por una mujer en los casos de violencia surgida en el ámbito de la pareja.

Télam 8/3/2018 Buenos Aires: Multitudinaria marcha y acatamiento al Paro Internacional de Mujeres, en reclamo por los derechos de la mujer y la igualdad de género.
Foto: Julián Alvarezxx/amb

Tampoco se queda atrás la decisión de aceptar que las contradicciones de la mujer en los casos de violencia genérica no merman su credibilidad, sino que son sólo la consecuencia del estado de perturbación mental en el que se encuentra (una forma muy retórica de dar por buena la aseveración calviana de que a la mujer hay que creerla siempre, sí o sí).

Una vez establecido ese escenario de cooperación entre ideología gubernamental y acción judicial, esta sentencia a los jugadores de la Arandina ha sido sólo una forma explicita de ajustarse a un procedimiento que ya ha sido establecido ideologicamente de manera implícita…

Dicho de otro modo, la condena estaba ya determinada de antemano por tratarse de un caso que ha sido presentado ante la sociedad como una violación que ha seguido un patrón semejante al de La Manada de Pamplona: el destino que se les ha dado a estos jugadores ESPANOLES no podía ser, pues, diferente del que se les dio a aquellos «manaderos» andaluces.

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