Un paso más en la institucionalización del espíritu guerracivilista y revanchista. PSOE y sus socios parlamentarios pretenden reformar la ley de Libertad Religiosa, vigente en España desde 1980, para, entre otros aspectos, prohibir los símbolos católicos en los espacios públicos.

De conformidad con la reforma que se pretende, cualquier persona podría ser sancionada si portara distintivos religiosos en instalaciones oficiales, incluidas cruces colgantes.

Se pretende que la nueva Ley garantice el efectivo cumplimiento de los principios de libertad religiosa y la laicidad del Estado en el ámbito público, por lo que quedarían prohibidos los motivos religiosos en cualquier instalación del Estado.

Los promotores de la reforma creen que la exhibición de símbolos como los crucifijos impiden avanzar hacia una auténtica laicidad del Estado.

En esta nueva ley será el desarrollo reglamentario o los protocolos de actuación de la norma los que regularán cuestiones como la de la presencia del ejército en actos procesionales o los funerales de estado.

Miembros del partido en el Gobierno rechazan asimismo el derecho a llevar una cruz o un crucifijo en el trabajo, según lo establecido en el artículo 9 de la Convención Europea de Derechos Humanos.

Este artículo dice lo siguiente: “Toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión; este derecho implica la libertad de cambiar de religión o de convicciones, así como la libertad de manifestar su religión o sus convicciones individual o colectivamente, en público o en privado, por medio del culto, la enseñanza, las prácticas y la observancia de los ritos”.