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Opinión

El jardín del almirante

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Hace algo más de un año, Ada Colau, ya alcaldesa de Barcelona en aquel entonces, protagonizó uno de los pasajes más bochornosos de la administración de la ciudad que la vio nacer. Consideró oportuno dedicar una calle de la ciudad al cómico gallego Pepe Rubianes, fallecido hacía un tiempo, ante lo cual no había nada que objetar: Rubianes era un buen actor, con el cual coincidí no pocas veces, merecedor de aprecio y querido por sus seguidores.

Dedicarle una calle de su ciudad de adopción no parecía una medida desafortunada, aunque siempre que se retitula una calle hay una figura perjudicada: aquel o aquello a quien se le quita. Hay nombres de calle anodinos, es cierto, que son más fáciles de cambiar, y hay otros que, tras muchos años, pueden ser cambiados después de mucho tiempo de homenaje. Todo está en cómo se justifica. Como es sabido, la calle de la Barceloneta que se rotuló con el nombre del humorista que retomó una popularidad binaria merced a una deplorable intervención suya en TV3 –la célebre «puta España» y todo eso que aún me pregunto cómo es posible que le sobreviniera a un tipo por lo general templado, o eso creía yo– estaba dedicada al almirante Cervera, de nombre Pascual, jefe de la flota que se enfrentó a la todopoderosa Marina estadounidense en Santiago de Cuba, cuando la guerra del final del XIX. Cervera, víctima de la decrepitud del gobierno de aquel entonces, fue enviado a una suerte de martirio, sabedor de que el combate era tan desigual que lo más que podían hacer los tres cascarones españoles era evitar ser hundidos en los primeros treinta minutos. Ese pasaje ya lo contó Pérez-Reverte en estas páginas y, en su modesta medida, un servidor. La vileza y estupidez del caso estuvo en unas palabras de la muy ignorante y absurda alcaldesa barcelonesa que venían a señalar la conveniencia de retirarle una calle a «un facha». Cervera, un facha. ¿Y por qué llegaría a tal conclusión esta perfecta inútil? Pues, tras los meses pasados, sigo sin saberlo. Tal vez por ser militar, tal vez por hacer la guerra de la forma que le obligaron los estúpidos de sus superiores, tal vez por ser un patriota –como demostró, por ejemplo, en Filipinas–, tal vez… yo qué sé. Entrar en la cabeza de una simple y primaria botarate y perderse en el vacío no lleva a nada.

El caso es que, al cabo del tiempo, la Junta Municipal de Chamberí aprobó poner el nombre del almirante a unos jardines en la ciudad de Madrid. Votaron a favor de la propuesta del PP tanto Ciudadanos como el PSOE. Como era de esperar, los sandios de Ahora Madrid, la gente de Manuela Carmena, votaron en contra con el argumento peregrino de que Cervera no había tenido vinculación con la ciudad, a pesar de haber sido ministro en un gobierno de Sagasta.

Se ve que, como Madrid no es puerto de mar, dedicarle algo a un marino no es de recibo –no es broma, que esta gilipollez la he leído yo en alguna parte–, además de, imagino, no querer ser partícipes de un señalamiento de la simple de Colau, compañera de fatigas. De ser ese argumento imprescindible, habría que preguntarse por la vinculación del doctor Fleming con Madrid, más allá de haber salvado de la muerte a miles de madrileños con la penicilina. O del beato Champagnat, ya santo, que jamás pisó Madrid, pero fundó los Maristas, y así cientos de ellos, gente que no tuvo relación con la ciudad, pero que merecen ser recordados por algo desarrollado en su vida. Cervera, un marino español protagonista de una resignada heroicidad que fue honrada hasta por los enemigos que lo batieron, tiene hoy unos jardines después de que la alcaldesa de estos últimos años no haya tenido más remedio que oficializar la decisión de la Junta Local. Merece ser recordado y que su nombre se limpie después de ser ensuciado por una perfecta mediocre que ha llegado, inexplicablemente, a la insospechada cima inversamente proporcional a su estatura intelectual.

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Opinión

“La exhibición del psicópata gobernante”. Por Alvise Pérez

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Opinión de Alvise Pérez:

Pedro Sánchez no monta el show por la denuncia a Begoña Gómez; un mitómano narcisista como él dejaría antes a su mujer que a la Presidencia del Gobierno de España que tanto le blinda judicialmente.

Sería fácil decir que todo ha sido por el Caso Koldo que nosotros mismos iniciamos y en donde yo mismo estoy personado como denunciante y víctima de dicha trama (gracias a ello sabemos los paraísos fiscales de Ábalos, las relaciones más que personales de Javier Hidalgo con Begoña Gómez, y todas las comisiones cobradas) pero como aquí se trata de encontrar la verdad, hemos advertido qué más ha coincidido con esta sorpresiva denuncia, y vemos un detalle importante: Hace menos de 24 horas la Audiencia Nacional reabrió el caso Pegasus sobre el espionaje a Sánchez.

¿Por qué la Audiencia Nacional ha reabierto el caso? Porque la DGSE francesa remitió este mismo mes al CNI ‘información de interés’ que la inteligencia española ha analizado y entregado al Juez.

Qué han logrado aportar los franceses es todavía un misterio: ¿Un trío en la sauna gay del suegro? ¿Las maletas de Delcy? ¿La trama de comisiones en mascarillas? ¿Datos del asesinato de cientos de personas en un interurbano de Madrid hace 10 años? No lo sabemos.

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Lo que sí sabemos es que las periciales del CNI certificaron el espionaje de 4 teléfonos móviles pertenecientes a:

1. Pedro Sánchez (Presidencia)
2. Margarita Robles (Defensa)
3. Grande-Marlaska (Interior)
4. Luis Planas (Agricultura)

Esto es; se hackearon 12GB en total (más de 3Gb sólo a Sánchez) sin contar claves para nubes de información (chats, mensajes, emails, metadata general, historial de llamadas, etc)

La pregunta en todo caso es: ¿Se irá Pedro Sánchez, o es una estrategia para reforzarse en el poder?

Difícilmente se vaya tras 6 años controlando la Justicia, colocando a la Fiscal General, traficando maletines por Barajas, siendo incapaz de justificar 39 vuelos a República Dominicana en los últimos 3 años, o la orden directa de crédito a República Dominicana de 46 millones de euros para “sanear las zonas costeras del país”y “un proyecto de hermanamiento para transformar la Justicia” del país (meros proyectos de blanqueo)

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¿Por qué tal dinero, por cierto? Pues porque en República Dominicana no tienes que tributar por lo que generas fuera pero sí por lo que haces dentro.

Es decir: Todo aquél que recibe dinero del exterior no tiene que declararlo y por tanto lo disfruta ‘íntegro’ para lo que desee.

¿Por qué, además, buscan todos la nacionalidad dominicana? Porque en ese país los nacionales pueden abrir empresas en el extranjero sin comunicarlo a ese país, y eso les permite abrir cuentas y sociedades en paraísos fiscales sin problema legal alguno con el dinero en efectivo robado en terceros países como España.

El próximo lunes Pedro Sánchez nos dará a conocer si ya ha robado lo suficiente para marcharse a República Dominicana como el resto de exPresidentes y Ministros impunes de este país, o si todo ha sido un ‘punch’ mediático para revitalizar la victimización persecutoria que tan bien se le da al mismo Presidente que ataca a la mujer de Feijóo y novio de Ayuso.

Lo único claro es una cosa:

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Estos parásitos de la partitocracia lo han podrido ya todo, y el próximo 9 de Junio tenemos que aplastarles con las papeletas que logremos gracias al boca a boca masivo.

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