“Nuestros resultados demuestran que las personas físicamente más atractivas son más eficaces políticamente “, explica un reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad Estatal de Illinois y la Universidad de Susquenhanna, que, además, añaden que “los individuos atractivos son más propensos a identificarse con el Partido Republicano y a ser conservadores”.

El trabajo de los profesores Rolfe Daus Peterson y Carl L. Palmer explica que aunque los efectos de la belleza son menos importantes que los factores de sesgo tradicionales, como los ingresos y la educación, “los resultados son consistentes en todo el conjunto de datos y las medidas de belleza persisten incluso cuando el estado socioeconómico y la demografía se tienen en cuenta”.

“Hay buenas razones para creer que el atractivo físico de los individuos puede cambiar su cosmovisión y sus valores políticos”, explican los investigadores, para quienes las personas que son capaces de atraer a otras personas tienen mejores habilidades sociales, son más populares e inteligentes por derecho propio. “Se produce un ‘efecto halo’, donde la percepción de los demás se ve alterada por estereotipos positivos”.

La investigación explica también que, en cierto sentido, las personas atractivas tienen un ‘punto ciego’ que les hace no ver la necesidad de una mayor presencia gubernamental en la sociedad”. Por este motivo, es más probable que estas personas sean “individualistas y rechacen la intervención del Estado y las ayudas sociales defendidas por la izquierda política, y así adopten opiniones más conservadoras”.

Otros estudos anteriores ya habían demostrado que las personas más atractivas son percibidas subjetivamente como más inteligentes y más informadas políticamente, dicen los investigadores. “Un análisis reciente también indicó que los políticos de derechas en Estados Unidos y en Europa son, en general, más atractivos que sus rivales de izquierda”, aunque esto no tiene que ser una razón que proporcione una ventaja electoral a los conservadores. “Lo que sin duda demuestra nuestro análisis es que el atractivo físico puede influir significativamente en nuestro comportamiento político”.

(La Tribuna del País Vasco)