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Opinión

España, la casa batida por el viento (1)

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¿Cuántos cadáveres tendrán que ser desenterrados y ultrajados, antes de que la necrofilia roja se proscriba para siempre?

¿Cuántas flores más será necesario llevar a la tumba de Franco, para que los diputados vendidos al globalismo reconozcan que más de la mitad del pueblo español ama a su Caudillo?

¿Cuántas mentiras sobre Franco nos tragaremos antes de que podamos decir que ha sido el mejor gobernante que España ha tenido en toda su historia?

¿Cuántas calles más se cambiarán de nombre, antes de que un solo español combata en trincheras y barrikadas esta inmunda memoria histórica?

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La respuesta, amigo mío, está flotando en el viento; la respuesta está flotando en el viento.

¿Cuántas mentiras sobre la memoria histórica habremos de soportar hasta que la verdad sepulte ese Himalaya de falsedades con las que han lavado el cerebro a generaciones enteras de españoles?

¿Cuántos libros que cuenten la verdad histórica sobre la República y la España de Franco deberán prohibirse en la reforma de la Ley de Memoria Histórica que viene, antes de que los españoles sean conscientes de que viven bajo una dictadura?

¿Cuántas guerras tendremos que ganar los patriotas para que las hordas rojas entiendan de una vez que han perdido la batalla?

La respuesta, amigo mío, está flotando en el viento; la respuesta está flotando en el viento.

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¿Cuántos billones de euros más de deuda serán precisos para que el pueblo comprenda que la dictacracia de la España constitucional nos ha llevado a la ruina?

¿Cuántos impuestos más tendremos que pagar antes de que nos demos cuenta de que son demasiados, que con ellos estamos costeando unas autonomías ruinosas e inútiles que atentan contra la unidad de nuestra Patria?

¿Cuánta mamandurria, cuántos robos, cuánto butroneo de la nefasta patulea de políticos tendremos que soportar antes de que los mandemos a la Gehenna para siempre?

¿Cuánto dinero tendremos que pagar con nuestros impuestos a partidos y sindicatos, a los inmigrantes ilegales, y a la batahola de grupos ideológicos LGTBI, feminikes, fundaciones rojas de memoria histórica y toda la escoria chupóptera, antes de que les cerremos el grifo para siempre?

La respuesta, amigo mío, está flotando en el viento; la respuesta está flotando en el viento.
¿Cuántos golpes de Estado más tendrá que perpetrar el PSOE, antes de que el pueblo español tome conciencia de que ha sido y es el partido más asesino, corrupto y traidor de nuestra historia?

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¿Cuántos ministros más de este gabinete golpista tendrán que dimitir antes de que el inepto, patético, mentiroso, ególatra e im-pre-sen-ta-ble Sánchez se vaya de una vez –en su cochecito leré– a su palacete de Mojácar, empapelado judicialmente por sus mafioserías y trapacerías?

¿Cuántos referéndums ilegales en Cataluña serán necesarios? ¿Cuánta katalo-borroka tendrá que arrasar las calles catalanas antes de que un Gobierno acabe con la autonomía golpista, con el artículo 155 o con el 8 de nuestra Constitución?

¿Cuántas concesiones más tendrá que hacer Pedro Dolfos a los golpistas catalanes y a los bildutarras, para que el pueblo español invada las calles en mareas incontenibles exigiendo su dimisión?

¿Cuántos kobardes golpistas tendrán que huir a sus madrigueras en los países de la UE, antes de que España se salga de ese antro masónico y globalista?

La respuesta, amigo mío, está flotando en el viento; la respuesta está flotando en el viento.

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¿Cuántos bolivarianos puño-en-alto más tendremos que aguantar antes de mandarlos por fin a sus infiernos karibeños?

¿Cuántas corruptelas más tendrán que surgir en los podemitas para que los medios digan que actualmente es el partido con más casos de corrupción pendientes de juicio?

¿Cuántos crímenes más deberán perpetrar los marxistas, para que la gente comprenda de una vez que el bolchevismo ha sido la peor lacra de la humanidad, generadora de miserias y holocaustos?

¿Cuántas historias de principitas y princesitos serán preceptivas para que algún padre denuncie la campaña totalitaria que busca adoctrinar alevosamente a sus hijos, con el fin de insertarlos en las filas del homosexualismo?

La respuesta, amigo mío, está flotando en el viento; la respuesta está flotando en el viento.

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¿Cuántos fetos deberán ser sacrificados en los mataderos del aborto antes de comprender que es un crimen de lesa humanidad que una madre mate en su vientre a su hijo indefenso?

¿Cuántos inmigrantes más tendremos que acoger antes de que el pueblo español se levante de una vez, protestando por esta invasión que amenaza nuestra demografía, nuestra cultura y nuestro bienestar?

¿Cuántos miles de millones tendremos que dar de nuestros impuestos a la sanidad universal, antes de comprender que un país en bancarrota, que apenas puede pagar a sus jubilados, no puede permitirse ese despilfarro?

La respuesta, amigo mío, está flotando en el viento; la respuesta está flotando en el viento.

¿Cuántas cadenas de telemierda roja hemos de soportar, antes de que en España haya al menos una que se pueda calificar de patriótica e identitaria?

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¿Cuántos siglos tendrán que pasar antes de que un solo partido reivindique la soberanía española sobre Gibraltar?

¿Cuántos ataques a la fe católica necesitarán los jerarcas purpurados, antes de comprender que su postura cobarde llevará a la Iglesia católica a un nuevo holocausto?

¿Cuántas blasfemias más será necesario sufrir, para que al menos un blasfemo dé con sus huesos en la cárcel?

La respuesta, amigo mío, está flotando en el viento; la respuesta está flotando en el viento.

¿Cuántos asesinos, pederastas, terroristas, violadores y golpistas serán necesarios que pululen libremente por nuestras calles, antes de que la prisión permanente revisable se establezca definitivamente?

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¿Cuántos atentados a la libertad de expresión harán falta, para que el pueblo español reconozca de una vez que vivimos bajo una dictadura?

¿Cuántas mujeres más tendrán que acceder al poder en gobiernos y empresas, antes de que los españoles comprendan que el feminismo es una lucha contra el hombre y la familia?

¿Cuántas veces tendrá que venir Soros a España, para que entendamos que él es el verdadero presidente de nuestra Patria?

La respuesta, amigo mío, está flotando en el viento; la respuesta está flotando en el viento.

¿Cuántas veces tendremos que soportar que se refieran a nuestra Patria como «este país», en vez de decir «España»?

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¿Cuántos ataques más a nuestras libertades, a nuestras tradiciones, a nuestros valores, a nuestra historia y a nuestra integridad territorial habremos de soportar, para que los españoles nos alcemos de una vez contra esta partitocracia corrupta, inepta y traidora, y recuperemos nuestra gallardía y nuestra dignidad como pueblo, abandonando la cobardía, la indiferencia y la traición que han presidido nuestra conducta desde la Transición?

La respuesta, amigo mío, está flotando en el viento; la respuesta está flotando en el viento.

PD: la respuesta única a todas las preguntas que hice en dos artículos anteriores es ésta: porque les hemos votado… es decir, por la dictacracia que nos impusieron con la fatídica Transición.

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Opinión

“La exhibición del psicópata gobernante”. Por Alvise Pérez

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Opinión de Alvise Pérez:

Pedro Sánchez no monta el show por la denuncia a Begoña Gómez; un mitómano narcisista como él dejaría antes a su mujer que a la Presidencia del Gobierno de España que tanto le blinda judicialmente.

Sería fácil decir que todo ha sido por el Caso Koldo que nosotros mismos iniciamos y en donde yo mismo estoy personado como denunciante y víctima de dicha trama (gracias a ello sabemos los paraísos fiscales de Ábalos, las relaciones más que personales de Javier Hidalgo con Begoña Gómez, y todas las comisiones cobradas) pero como aquí se trata de encontrar la verdad, hemos advertido qué más ha coincidido con esta sorpresiva denuncia, y vemos un detalle importante: Hace menos de 24 horas la Audiencia Nacional reabrió el caso Pegasus sobre el espionaje a Sánchez.

¿Por qué la Audiencia Nacional ha reabierto el caso? Porque la DGSE francesa remitió este mismo mes al CNI ‘información de interés’ que la inteligencia española ha analizado y entregado al Juez.

Qué han logrado aportar los franceses es todavía un misterio: ¿Un trío en la sauna gay del suegro? ¿Las maletas de Delcy? ¿La trama de comisiones en mascarillas? ¿Datos del asesinato de cientos de personas en un interurbano de Madrid hace 10 años? No lo sabemos.

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Lo que sí sabemos es que las periciales del CNI certificaron el espionaje de 4 teléfonos móviles pertenecientes a:

1. Pedro Sánchez (Presidencia)
2. Margarita Robles (Defensa)
3. Grande-Marlaska (Interior)
4. Luis Planas (Agricultura)

Esto es; se hackearon 12GB en total (más de 3Gb sólo a Sánchez) sin contar claves para nubes de información (chats, mensajes, emails, metadata general, historial de llamadas, etc)

La pregunta en todo caso es: ¿Se irá Pedro Sánchez, o es una estrategia para reforzarse en el poder?

Difícilmente se vaya tras 6 años controlando la Justicia, colocando a la Fiscal General, traficando maletines por Barajas, siendo incapaz de justificar 39 vuelos a República Dominicana en los últimos 3 años, o la orden directa de crédito a República Dominicana de 46 millones de euros para “sanear las zonas costeras del país”y “un proyecto de hermanamiento para transformar la Justicia” del país (meros proyectos de blanqueo)

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¿Por qué tal dinero, por cierto? Pues porque en República Dominicana no tienes que tributar por lo que generas fuera pero sí por lo que haces dentro.

Es decir: Todo aquél que recibe dinero del exterior no tiene que declararlo y por tanto lo disfruta ‘íntegro’ para lo que desee.

¿Por qué, además, buscan todos la nacionalidad dominicana? Porque en ese país los nacionales pueden abrir empresas en el extranjero sin comunicarlo a ese país, y eso les permite abrir cuentas y sociedades en paraísos fiscales sin problema legal alguno con el dinero en efectivo robado en terceros países como España.

El próximo lunes Pedro Sánchez nos dará a conocer si ya ha robado lo suficiente para marcharse a República Dominicana como el resto de exPresidentes y Ministros impunes de este país, o si todo ha sido un ‘punch’ mediático para revitalizar la victimización persecutoria que tan bien se le da al mismo Presidente que ataca a la mujer de Feijóo y novio de Ayuso.

Lo único claro es una cosa:

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Estos parásitos de la partitocracia lo han podrido ya todo, y el próximo 9 de Junio tenemos que aplastarles con las papeletas que logremos gracias al boca a boca masivo.

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