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Opinión

Asesinato del pensamiento libre y crítico

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España. Como decía Celia en su canción “Esta España mía esta España….NUESTRA?”

Empezaré comentando una cuestión que está sucediendo continuadamente en la redes. ¿Por qué el hecho de cuestionar la situación de mi país debe ser objeto de pertenecer a  ideología extrema?;  ¿Por qué un canario no puede juzgar lo que está pasando en su tierra en lo referente a la INMIGRACIÓN?; ¿Por qué ha de ser CON o CONTRA EL GOBIERNO?; ¿Por qué se está criminalizando esta opción, por que se tiene que criminalizar el PENSAR, el CUESTIONAR, el SER OBJETIVO?

LA LEY CELAÁ  Ley Orgánica  2/2006, de 3 de Mayo, de Educación. BOE núm 272, de 14 de octubre de 2020 (LOMLOE)

Esta LEY ATENTA de manera explícita contra  el ART 3 CE  que declara: El castellano es la lengua española oficial del Estado y establece que las demás lenguas españolas serán también oficiales en las respectivas Comunidades Autónomas de acuerdo con sus Estatutos. A tenor de esto, la cuestión a tratar y que debería preocupar a los españoles es LA INTENCIÓN de este DESGOBIERNO al declarar el ESPAÑOL como lengua NO VEHICULAR en nuestro país.

Las opiniones puede ser diversas, pero sin lugar a dudas la posibilidad más preocupante y, teniendo en cuenta la trayectoria que lleva este Gobierno, es bastante evidente: La RUPTURA DE LA UNIDAD DE ESPAÑA Y SUS CIUDADANOS. Pudiendo pactar con partidos más democráticos la aprobación de esta LEY, recurre a buscar los apoyos en ERC, un partido secesionista y al que le interesa esta tensión social y que siempre ha sido amparado por el PSC (Partido Socialista Catalán); a sabiendas que esto iba a suponer prebendas como ésta, que se dirige hacia lo indicado anteriormente: LA RUPTURA DE LA UNIDAD ESPAÑOLA y posiblemente el fin último sea una REFORMA CONSTITUCIONAL para la ABOLICIÓN TOTAL de nuestro idioma en determinadas CCAA de nuestra nación.

En Cataluña, que es donde más acuciante es esta cuestión, y en sus partidos nacionalistas secesionistas es donde mejor acogida tiene esta LEY que nada más ser aprobada ya empezaron a publicar por todas las RRSS el TRIUNFO obtenido e indicando que ya se habían deshecho del español. Si algo molesta a los nacionalistas es el hecho de tener una lengua común con el resto de los españoles sin tener en cuenta que en un 50%, si no más, de los hogares catalanes se habla español. Se ha buscado un ADOCTRINAMIENTO DE LA POBLACIÓN CATALANA respecto al catalán poniendo como SUTIL DISCULPA que el habla del catalán favorecería el acceso al mundo laboral de manera más fácil de los niños catalanes y que ha sido avalado por las familias catalanas y asumiéndolo como algo normal.

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En Vascongadas la problemática lejos de ser menor está incluso más marcada  ya que no hablaríamos sólo de nacionalistas y secesionistas sino algo aún más preocupante y son los protectores de los etarras. En esta CA se encuentran de frente con intelectuales que luchan contra este intento de destrucción del español como Ernesto Ladrón de Guevara.

Hay algo curioso respecto a esta LEY a lo que hacen referencia 2 ministras insultando la inteligencia de muchos españoles   ” Las administraciones educativas VELARÁN para que los alumnos acaben con un magnífico nivel de español”. Una Consejería de Educación que quiere excluir al español y con una inmersión absoluta del catalán y con un profesorado totalmente virada hacia la izquierda jamás facilitaría este escenario.

El SISTEMA DE INMERSIÓN del catalán ha de ser excluido. El 100% de las clases en catalán crearía una DIGLOSIA. Si antes había que apoyar el catalán como idioma desfavorecido, ahora hay que hacerlo con el español. El político catalán, cuando da un paso alega hacerlo por el bien de la HUMANIDAD y de los catalanes y lo basan en el INDOMINIO Y ODIO DE ESPAÑA A LO CATALÁN.

Una  LEY TOTALMENTE CLASISTA comenzando por su enunciado que ya es en sí misma un despropósito; LA LEY ORGÁNICA DE MODIFICACIÓN DE LA LEY ORGÁNICA DE EDUCACIÓN. Una Ley que debería ser criticada hasta por la propia izquierda porque supone en sí misma un ataque a las clases más desfavorecidas en la misma restricción del español, ya que se está castrando lo fundamental de la educación.

En el propio derecho de los niños con la reducción de exigencia y pudiendo pasar de curso con suspensos, devaluando los esfuerzos de unos para superarse y tener una base sólida y frustrando a otros que ven como los suyos se ven completamente defenestrados, abandonando a su suerte a los que se esfuerzan, mientras siguen teniendo el tren de las becas de ascenso social y sin  sacar el mejor talento de los estudiantes.  Da la sensación de que la intención de este DESGOBIERNO es facilitar una educación selectiva PRIVADA ACCESIBLE, SOLO A UN DETERMINADO ELENCO SOCIAL. Es una ley que solo dará puntos por proximidad para poder escoger colegio por lo que desaparecerá cualquier opción de elección  de centro educativo por los padres, cercenando los derechos de la patria potestad que tienen y decidiendo lo que consideren mejor para sus hijos, cuando la ÚNICA PRETENSIÓN es no tener que desembolsar las subvenciones a los centros concertados. El exterminio de la EDUCACIÓN CONCERTADA puede tener consecuencias muy NEGATIVAS ya que  la CALIDAD está totalmente demostrada en los MEJORES RESULTADOS ACADÉMICOS DEL ALUMNADO siendo estos, APLASTANTES.

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Respecto  a la EDUCACIÓN ESPECIAL y los CENTROS DE EDUCACIÓN ESPECIAL, y  aunque un alto porcentaje de niños ya se encuentran escolarizados en centros ordinarios se indica en su Disposición 4ª se hace referencia a que no se van a cerrar, no es que lo vayan a hacer es que los van a vaciar porque no se van a destinar recursos para adaptar los centros ordinarios ¿De dónde va a salir ese dinero? Obviamente del dinero destinado a los centros especiales. Consiste en trasladar algo que funciona a un lugar que no funciona. Centros que funcionan y que han encontrado verdaderos profesionales realmente motivados en la ayuda de estos niños tan especiales y que necesitan una atención muy especial. A nivel intelectual para que aunque no se produzca un avance significativo al menos no retrocedan. Esto de manera independiente a las necesidades físicas que necesitan estos niños. Niños que sufren la incomprensión de sus compañeros. Estos niños,  para cuyos padres ha sido un sacrificio enorme tratarles y estos centros han sido su salvación ahora se vean abocados al total abandono.

En Enero de 2020 Celaá repite exactamente lo mismo que Chávez en 2009 “No podemos pensar de ninguna de las maneras que los hijos pertenecen a los padres. Es interés del menor, es derecho fundamental  y constitucional del menor lo contrarío equivaldría a pensar que el menor por el hecho de serlo no tienen derechos fundamentales” Lo que Chávez tardó 2 años , el gobierno social comunista bolivariano encabezado por Pedro Sánchez lo que conseguido en 11 meses. ¿ HACIA DONDE ESTAMOS CONSINTIENDO DIRIGIR A NUESTRO PAÍS?  Es el momento de pensar de una vez lo que queremos en nuestras vidas. Esto es un ataque continúo y constante a nuestros Derechos y Libertades.

Tras este artículo que cada cual saque sus propias conclusiones e interpreten lo que quieran. DEBE PARARSE y finalizo NO como siempre: SOLO UN PUEBLO QUE PROTEGE UNO DE LOS PILARES FUNDAMENTALES DE SU SOCIEDAD COMO ES LA EDUCACIÓN, SERÁ SALVADO.

EL PUEBLO ESPAÑOL MORIRÁ COMO NO SEA SALVADO POR ALGO O ALGUIEN.

                                                                              Susana Pérez Pedruelo

 

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Opinión

No vivimos en la Arcadia Feliz, sino en tiempos de excepción. Por Ernesto Milá.

Ernesto Milá

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Ya he contado más de una vez que el “pare Valls”, el único padre escolapio al que llegué a apreciar, nos contaba cuando éramos párvulos, la diferencia entre “pecado venial” y “pecado mortal”. Y ponía como ejemplo la bata que llevábamos: cuando esa bata se manchaba por aquí o por allí, se lavaba y quedaba renovada, pero si, por el contrario, la bata estaba desgarrada, con costurones y remiendos por todas partes, desgastada por el uso, con manchas que se iban acumulando, no había remedio posible. Se tiraba y se compraba otra nueva. Aquel ejemplo se me quedó en la cabeza. Yo tenía entonces cinco años. Era 1957 y fue una de las primeras lecciones que recibí en el colegio de los Escolapios de la calle Balmes. Es hora de aplicar el mismo ejemplo a nuestro tiempo.

Hay situaciones “normales” que exigen abordarlas de manera “normal”. Por ejemplo, cuando alguien es detenido por un hurto. En una situación “normal”, cuando se da ese pequeño delito -pero muy molesto para la víctima- es razonable que el detenido disponga de una defensa jurídica eficiente, que reciba un trato esmerado en su detención y un juicio justo. Pero hay dos situaciones en las que esta política de “paños calientes” deja de ser efectiva: en primer lugar, cuando ese mismo delincuente ha sido detenido más de 100 veces y todavía está esperando que le llegue la citación para el primer juicio. En segundo lugar, cuando no es un delincuente, sino miles y miles de delincuentes los que operan cada día en toda nuestra geografía nacional.

Otro ejemplo: parece razonable que un inmigrante que entra ilegalmente en España pueda explicar los motivos que le han traído por aquí, incluso que un juez estime que son razonables, después de oír la situación que se vive en su país y que logre demostrar que es un perseguido político o un refugiado. Y parece razonable que ese inmigrante disponga de asistencia jurídica, servicio de traductores jurados y de un espacio para vivir mientras se decide sobre su situación. Y eso vale cuando el número de inmigrantes ilegales es limitado, pero, desde luego, no es aplicable en una situación como la nuestra en la que se han acumulado en poco tiempo, otros 500.000 inmigrantes ilegales. No puede esperarse a que todos los trámites policiales, diplomáticos y judiciales, se apliquen a cada uno de estos 500.000 inmigrantes, salvo que se multiplique por 20 el aparato de justicia. Y es que, cuando una tubería muestra un goteo ocasional, no hay que preocuparse excesivamente, pero cuando esa misma tubería ha sufrido una rotura y el agua sale a borbotones, no hay más remedio que actuar excepcionalmente: llamar al fontanero, cerrar la llave de paso, avisar al seguro…

Podemos multiplicar los ejemplos: no es lo mismo cuando en los años 60, un legionario traía un “caramelo de grifa” empetado en el culo, que cuando las mafias de la droga se han hecho con el control de determinadas zonas del Sur. En el primer caso, una bronca del capitán de la compañía bastaba para cortar el “tráfico”, en el segundo, como no se movilice la armada o se de a las fuerzas de seguridad del Estado potestad para disparar a discreción sobre las narcolanchas desde el momento en el que no atienden a la orden “Alto”, el problema se enquistará. De hecho, ya está enquistado. Y el problema es que hay que valorar qué vale más: la vida de un narcotraficante o la vida de los que consumen la droga que él trae, los derechos de un capo mafioso o bien el derecho de un Estado a preservar la buena salud de la sociedad. Si se responde en ambos casos que lo importante es “el Estado de Derecho y su legislación”, incurriremos en un grave error de apreciación. Esas normas, se han establecido para situaciones normales. Y hoy, España -de hecho, toda Europa Occidental- está afrontando situaciones excepcionales.

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Vayamos a otro terreno: el que Ceuta y Melilla estén sufriendo desde hace 40 años un proceso de marroquinización creciente, puede ser fruto de la proximidad de ambas ciudades a Marruecos y al deseo de los sucesivos gobiernos de España de no empeorar las relaciones con el único enemigo geopolítico que tiene nuestro país, el “enemigo del Sur”. Pero, cuando se sabe que el narcotráfico en Marruecos está regulado por el majzén y por personas próximas al entorno de la familia real marroquí, uno empieza a pensar que la situación no es “normal”. Esa sensación aumenta cuando se percibe con una claridad meridiana que el Ministerio del Interior español no despliega fuerzas suficientes para cortar de raíz el narcotráfico con Marruecos y que, incluso, boicotea a los policías y a las unidades más eficientes en su tarea. Ítem más: lo normal hubiera sido, por ejemplo, que España mantuviera su política exterior en relación al Sáhara inconmovible (las políticas exteriores fiables son las que no cambian, nadie confía en un país con una política exterior oscilante y variable). Pero Pedro Sánchez la cambió en el peor momento: sabiendo que perjudicaba a Argelia, nuestro principal proveedor de gas natural. Y, además, en un momento en el que el conflicto ucraniano suponía una merma en la llegada de gas natural ruso. Pero lo hizo. Luego ha ido entregando créditos sin retorno, cantidades de material de seguridad, ha permanecido mudo ante las constantes reivindicaciones de “marroquinidad” de Ceuta, Melilla y Canarias. Y esto mientras el ministerio del interior se negaba a reconocer que la comunidad marroquí encarcelada en prisiones españolas es más que significativa o que el número de delincuentes magrebíes es en gran medida responsable del repunte solo en 2023 de un 6% en la delincuencia. O que Marruecos es el principal coladero de inmigración africana a España. O el gran exportador de droga a nuestro país: y no solo de “cigarrillos de la risa”, sino de cocaína llegada de Iberoamérica y a la que se han cerrado los puertos gallegos. Sin contar los viajes de la Sánchez y Begoña a Marruecos… Y, a partir de todo esto, podemos inferir que hay “algo anormal” en las relaciones del pedrosanchismo con Marruecos. Demasiadas cuestiones inexplicables que permiten pensar que se vive una situación en la que “alguien” oculta algo y no tiene más remedio que actuar así, no porque sea un aficionado a traicionar a su propio país, sino porque en Marruecos alguien podría hundir a la pareja presidencial sin remisión. Sí, estamos hablando de chantaje a falta de otra explicación.

¿Seguimos? Se puede admitir que los servicios sanitarios españoles apliquen la “sanidad universal” y que cualquiera que sufra alguna enfermedad en nuestro país, sea atendido gratuitamente. Aunque, de hecho, en todos los países que he visitado de fuera de la Unión Europea, este “derecho” no era tal: si tenía algún problema, me lo tenía que pagar yo, y en muchos, se me ha exigido entrar con un seguro de salud obligatorio. Pero, cuando llegan millones de turistas o cuando España se ha convertido en una especie de reclamo para todo africano que sufre cualquier dolencia, es evidente que la generosidad puede ser considerada como coadyuvante del “efecto llamada” y que, miles y miles de personas querrán aprovecharse de ello. Todo esto en un momento en el que para hacer un simple análisis de sangre en la Cataluña autonómica hay que esperar dos meses y para hacer una ecografía se tardan nueve meses, sin olvidar que hay operaciones que se realizan con una demora de entre siete meses y un año. Una vez más, lo que es razonable en períodos “normales”, es un suicidio en épocas “anómalas”.

Hubo un tiempo “normal” en el que el gobierno español construía viviendas públicas. Ese tiempo hace mucho -décadas- que quedó atrás. Hoy, ni ayuntamientos, ni autonomías, ni por supuesto el Estado están interesados en crear vivienda: han trasvasado su responsabilidad a los particulares. “¿Tiene usted una segunda residencia?” Pues ahí puede ir un okupa. En Mataró -meca de la inmigración en el Maresme- hay en torno a medio millar de viviendas okupadas. Así resuelve el pedrosanchismo el “problema de la vivienda”… Esta semana se me revolvieron las tripas cuando un okupa que había robado la vivienda de una abuela de ochenta y tantos años, decía con chulería a los medios que “conocía la ley de los okupas”. Eso es hoy “normal”, lo verdaderamente anormal es que los vecinos y el enjambre de periodistas que acudió a cubrir el “evento”, no hubieran expulsado al par de okupas manu militari y restituido la vivienda a la que había sido vecina de toda la vida.

Un penúltimo ejemplo: si un régimen autonómico podía ser razonable en 1977 para Cataluña o el País Vasco, lo que ya no fue tan razonable fue lo que vino después de la mano de UCD: “el Estado de las Autonomías”, una verdadera sangría económica que se podría haber evitado.
Hubo un tiempo en el que se reconocían más derechos (“fueros”) a las provincias que habían demostrado más lealtad; hoy, en cambio, son las regiones que repiten más veces en menos tiempo la palabra “independencia”, las que se ven más favorecidas por el régimen autonómico. También aquí ocurre algo anómalo.

Y ahora el último: si se mira el estado de nuestra sociedad, de la economía de nuestro país, del vuelco étnico y antropológico que se está produciendo con una merma absoluta de nuestra identidad, si se atienden a las estadísticas que revelan el fracaso inapelable de nuestro sistema de enseñanza, el aumento no del número de delitos, sino especialmente del número de delitos más violentos, a la pérdida continua de poder adquisitivo de los salarios, al salvajismo de la presión fiscal y a la primitivización de la vida social, a la estupidez elevada a la enésima potencia vertida por los “gestores culturales”, a la corrupción política que desde mediados de los años 80 se ha convertido en sistémica, unida al empobrecimiento visible del debate político y de la calidad humana, moral y técnicas de quienes se dedican hoy a la política o a las negras perspectivas que se abren para la sociedad española en los próximos años, y así sucesivamente… lo más “anómalo” de todo esto que la sociedad española no reaccione y que individuos como Pedro Sánchez sigan figurando al frente del país y de unas instituciones que cada vez funcionan peor o, simplemente, han dejado de funcionar hace años.

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Vale la pena que la sociedad española empiece a meditar con el hecho de que, si aspira a salir de su estado de crisis, no va a poder hacerlo por la “vía normal”. El cáncer está tan extendido que, hoy incluso podría dudarse de la eficacia del “cirujano de hierro” del que se hablaba hace algo más de 100 años. Lo único cierto hoy, es que, para salir de situaciones excepcionales, hacen falta, hombres excepcionales dispuestos a asumir medidas de excepción y a utilizar, de manera implacable, procedimientos de excepción que no serían razonables en situaciones “normales”, pero que son el único remedio cuando las cosas han ido demasiado lejos.

Esta reflexión es todavía más pertinente en el momento en que se ha rechazado la petición de extradición formulada por el gobierno de El Salvador, de un dirigente “mara” detenido en España. La extradición se ha negado con el argumento de que en el país dirigido por Bukele “no se respetan los derechos humanos”. Bukele entendió lo que hay que hacer para superar una situación excepcional: en dos años El Salvador pasó de ser el país más inseguro del mundo a ser un remanso de paz, orden y prosperidad. Porque, en una situación “normal”, los derechos de los ciudadanos, están por delante -muy por delante- de los derechos de los delincuentes. Priorizar los derechos de estos por encima de los de las víctimas, es precisamente, uno de los signos de anormalidad.

Se precisa una revolución. Nada más y nada menos. ¿Para qué? Para restablecer estándares de normalidad (esto es, todo lo que fortalece, educa y constituye el cemento de una sociedad), excluyendo todos los tópicos que nos han conducido a situaciones anómalas y que han demostrado suficientemente su inviabilidad. “Revolución o muerte”… sí, o la sociedad y el Estado cambian radicalmente, o se enfrentan a su fin. Tal es la disyuntiva.

 

Ernesto Milá. 

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