Joao Miguel Alves, un niño brasileño de dos años que padecía atrofia muscular, murió este pasado jueves meses después de que su padre se gastara 135.000 euros destinados a tratar su enfermedad rara en hoteles de lujo, prostitutas, drogas y alcohol, una noticia que ya causó impacto el pasado verano.

El pequeño fue diagnosticado de atrofia muscular cuando tenía siete meses y sus padres recurrieron a las redes sociales para recibir ayuda con el costoso tratamiento de esta enfermedad degenerativa.

Cada una de las dosis del fármaco que precisaba para que la enfermedad no avanzara cuesta más de 80.000 euros y necesitaba al menos seis. En este sentido, el llamamiento de los familiares en las redes tuvo una gran respuesta ciudadana, llegando a acumular 230.000 euros.

Sin embargo, poco después la madre del menor empezó a sospechar del padre cuando percibió que faltaban grandes cantidades de dinero y lo denunció, el pasado verano, a la policía. Ello llevo a la detención del progenitor acusado de estafa y abandono material de su hijo, después de estar dos meses en un hotel de lujo gastando grandes cantidades de dinero –hasta 135.000 euros– en ropa, relojes, drogas y prostitutas. Una acusación de la que el padre se defendió asegurando que había sido extorsionado.

Tres meses después, el pequeño Joao Miguel Alves ha fallecido tras no poder superar su enfermedad degenerativa, según informa el medio local O Globo .