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El experimento del socialismo mundial con el “Gran Reinicio” o “Gran reseteo”

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Klaus Schwab habla como parte de SWITCH GREEN durante el primer día del Festival Greentech en Kraftwerk Mitte emitido el 16 de septiembre de 2020 en Berlín, Alemania. (Getty Images/Getty Images para el Festival Greentech)
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Por Ryan Moffatt.- El llamado “Gran Reinicio” (conocido también como “Gran Reseteo”) fue un tema de considerable interés desde que apareció un video del primer ministro canadiense, Justin Trudeau, diciendo en una reunión de las Naciones Unidas de septiembre, que la pandemia da una “oportunidad a un reseteo”, proporcionando una oportunidad para “acelerar nuestros esfuerzos prepandémicos para reimaginar sistemas económicos que realmente aborden los desafíos mundiales como la pobreza extrema, la desigualdad y el cambio climático”.

Leyendo lo que uno quiera en las palabras de Trudeau o en los méritos del propio Gran Reinicio, hay una preocupación legítima cuando se trata de implementar a nivel de gobierno sistemas globales de gestión económica y social.

No hay riesgo de ser acusado de albergar teorías de conspiración aquí, ya que el Foro Económico Mundial (FEM) tiene un plan de cinco puntos para mejorar el crecimiento económico sostenible tras la recesión mundial causada por los cierres de COVID-19.

Presentado en mayo por el Príncipe Carlos y el presidente ejecutivo del FEM, Klaus Schwab, el Gran Reinicio aboga por políticas socialistas globales como el impuesto sobre la riqueza y las iniciativas ecológicas de gran alcance destinadas a restringir los mercados libres en nombre del cambio climático.

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“Todos los países, desde Estados Unidos hasta China, deben participar, y todas las industrias, desde el petróleo y el gas hasta la tecnología, deben ser transformadas”, escribió Schwab en un artículo publicado en el sitio web del FEM.

Para aquellos que apoyan el libre mercado y la soberanía nacional, estas propuestas golpean sus nervios, por decir lo menos.

La declaración de Trudeau ante la ONU impulsó al diputado conservador Pierre Poilievre a crear una petición titulada “Stop The Great Reset” (Alto al Gran Reseteo), en la que insta a los canadienses a “luchar contra las elites mundiales que se aprovechan de los miedos y la desesperación de la gente para imponer su toma de poder”.

Como suele ocurrir, el diablo está en los detalles y un enfoque abierto a cualquier plan propuesto por un conglomerado de líderes mundiales es necesario cuando la estructura económica del mundo está en juego

Iniciativas como el Gran Reinicio, aunque las intenciones detrás de ellas sean buenas, representan una tendencia humana hacia la arrogancia — en donde nuestra razón por sí sola es suficiente para reconfigurar el mundo.

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Opio socialista

Reimaginar los intrincados sistemas económicos y sociales para que le vaya mejor al ciudadano promedio del mundo es un esfuerzo formidable. Desafortunadamente, el único modelo que otorga el poder de obligar a las naciones y a los ciudadanos a adherirse a tal ideal es el socialista-comunista. En esencia, el socialismo da prioridad al funcionamiento de la colectividad sobre la santidad del individuo y justifica el recorte de la libertad individual en beneficio del “bien mayor”. Los sistemas socialistas de gobierno se basan en la capacidad de la humanidad para manipular el medio ambiente y la estructura social según una visión del mundo teóricamente pragmática pero incompleta, que solo está interesada en la supremacía del colectivo.

A pesar de la promesa y la lógica inicial del socialismo, éste fracasa catastróficamente. Todo sistema de gobierno que se alinea con el modelo socialista no solo no cumple su promesa utópica, sino que invariablemente hace lo contrario. En vista de ello, es importante considerar la violenta historia de los regímenes socialistas antes de aplicar a nivel mundial un “reinicio” basado en los mismos supuestos. En cualquier utopía mundial imaginada habrá poco apetito por la autonomía de una nación, y mucho menos por la del individuo.

La teoría de que un sistema social mundial podría organizarse de forma coherente en un mundo complejo no tiene en cuenta la dificultad inherente de la tarea, y no reconoce que debe permitirse a las naciones y culturas soberanas trazar su propio curso y honrar sus propias tradiciones y sistemas de creencias.

Canadá, por ejemplo, evolucionó a partir de la tradición anglosajona de la Carta Magna de libertades políticas y civiles. Estos son buenos valores fundamentales que vale la pena preservar. Ellos crearon una nación que fue considerada con razón como un faro de buena gobernanza.

El sistema marxista de gobierno y de pensamiento ha conservado un firme asidero en los círculos intelectuales, no solo en Estados Unidos sino en todo el mundo, dando forma al discurso de muchas organizaciones mundiales, como las Naciones Unidas, en las que impera la neutralidad de valores por encima de todo.

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Si bien Marx afirmó que la religión es el opio del pueblo, fue Raymond Aron quien respondió que el marxismo es el opio de los intelectuales.

En su libro “El opio de los intelectuales”, Aron describió cómo el marxismo sirve como una cuasi religión y el partido comunista como una iglesia sustituta. Para aquellos que abrazaban la teología marxista, la causa era todo lo que importaba y cualquier cantidad de violencia o engaño podía ser justificado para lograr la utopía socialista. Aron señala que los intelectuales occidentales conservan un afecto por el marxismo a pesar de su historial de régimen totalitario, violencia masiva, supresión de la libertad y pobreza abyecta.

En vista de ello, un gran reinicio de otro tipo puede ser más adecuado y propicio para nuestra época de tribalismo y luchas crecientes, y es un reinicio interno en el que aceptamos con la mayor humildad nuestra limitada capacidad de dirigir la dirección del mundo y recordamos que la ecuación humana por sí sola no puede resolver las crisis existenciales de nuestro tiempo.

 

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“La exhibición del psicópata gobernante”. Por Alvise Pérez

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Opinión de Alvise Pérez:

Pedro Sánchez no monta el show por la denuncia a Begoña Gómez; un mitómano narcisista como él dejaría antes a su mujer que a la Presidencia del Gobierno de España que tanto le blinda judicialmente.

Sería fácil decir que todo ha sido por el Caso Koldo que nosotros mismos iniciamos y en donde yo mismo estoy personado como denunciante y víctima de dicha trama (gracias a ello sabemos los paraísos fiscales de Ábalos, las relaciones más que personales de Javier Hidalgo con Begoña Gómez, y todas las comisiones cobradas) pero como aquí se trata de encontrar la verdad, hemos advertido qué más ha coincidido con esta sorpresiva denuncia, y vemos un detalle importante: Hace menos de 24 horas la Audiencia Nacional reabrió el caso Pegasus sobre el espionaje a Sánchez.

¿Por qué la Audiencia Nacional ha reabierto el caso? Porque la DGSE francesa remitió este mismo mes al CNI ‘información de interés’ que la inteligencia española ha analizado y entregado al Juez.

Qué han logrado aportar los franceses es todavía un misterio: ¿Un trío en la sauna gay del suegro? ¿Las maletas de Delcy? ¿La trama de comisiones en mascarillas? ¿Datos del asesinato de cientos de personas en un interurbano de Madrid hace 10 años? No lo sabemos.

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Lo que sí sabemos es que las periciales del CNI certificaron el espionaje de 4 teléfonos móviles pertenecientes a:

1. Pedro Sánchez (Presidencia)
2. Margarita Robles (Defensa)
3. Grande-Marlaska (Interior)
4. Luis Planas (Agricultura)

Esto es; se hackearon 12GB en total (más de 3Gb sólo a Sánchez) sin contar claves para nubes de información (chats, mensajes, emails, metadata general, historial de llamadas, etc)

La pregunta en todo caso es: ¿Se irá Pedro Sánchez, o es una estrategia para reforzarse en el poder?

Difícilmente se vaya tras 6 años controlando la Justicia, colocando a la Fiscal General, traficando maletines por Barajas, siendo incapaz de justificar 39 vuelos a República Dominicana en los últimos 3 años, o la orden directa de crédito a República Dominicana de 46 millones de euros para “sanear las zonas costeras del país”y “un proyecto de hermanamiento para transformar la Justicia” del país (meros proyectos de blanqueo)

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¿Por qué tal dinero, por cierto? Pues porque en República Dominicana no tienes que tributar por lo que generas fuera pero sí por lo que haces dentro.

Es decir: Todo aquél que recibe dinero del exterior no tiene que declararlo y por tanto lo disfruta ‘íntegro’ para lo que desee.

¿Por qué, además, buscan todos la nacionalidad dominicana? Porque en ese país los nacionales pueden abrir empresas en el extranjero sin comunicarlo a ese país, y eso les permite abrir cuentas y sociedades en paraísos fiscales sin problema legal alguno con el dinero en efectivo robado en terceros países como España.

El próximo lunes Pedro Sánchez nos dará a conocer si ya ha robado lo suficiente para marcharse a República Dominicana como el resto de exPresidentes y Ministros impunes de este país, o si todo ha sido un ‘punch’ mediático para revitalizar la victimización persecutoria que tan bien se le da al mismo Presidente que ataca a la mujer de Feijóo y novio de Ayuso.

Lo único claro es una cosa:

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Estos parásitos de la partitocracia lo han podrido ya todo, y el próximo 9 de Junio tenemos que aplastarles con las papeletas que logremos gracias al boca a boca masivo.

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