José Manuel Otero Lastres (R).- Circula por Internet esta viñeta, de la que desconozco el nombre del autor, al que me gustaría citar por su ingenio, que deja muy clara la estrategia de los partidos de izquierda de reservar el adjetivo “ultra” solo para determinado partido de la derecha y abstenerse por completo de calificar como “extremistas o ultras” a los que verdaderamente lo son. Como estrategia política es defendible. Lo que no se entiende bien, a mi modo de ver, son dos cosas.

La primera es el silencio de todos los apóstoles de la libertad cuando tienen que referirse a los “muchachos” como los de la viñeta. No se ha alzado ninguna voz desde la izquierda y tampoco desde el centro calificando como “extremistas” a los que combaten desde la calle o desde las instituciones contra nuestro andamiaje constitucional.

Dicho más claramente no he oído ni a Ábalos ni a Valls, ni a ningún otro político de ideologías idénticas o similares hacer advertencia alguna sobre la peligrosidad de los elementos como el de la viñeta, que los hay y son muchos y una buena parte de ellos más que “azotacalles” son “azotainstituciones”.

Y la segunda el despiste de nuestros ingenuos políticos de centro y de la derecha que, en lugar de reprochar con valentía a los socialistas sus compañeros de pactos entre los que hay golpistas y filoetarras, se ponen de perfil y aparentan “hacer ascos” a quienes son más demócratas que los independentistas y los terroristas.