Algo grave parece estar pasando en la cúpula del organigrama de VOX en Barcelona. Tan grave, que bien pudiera frenar en seco las aspiraciones de crecimiento que alimentan estos días los militantes catalanes de este partido, que en buena parte ignoran el comportamiento y la, digamos, catadura moral de sus máximos representantes en la ciudad más importante de Cataluña.

El primer signo de alarma saltó a los informativos de toda España cuando, al parecer, una coordinadora de VOX Sabadell denunció ante los “mozos”  a un supuesto militante o simpatizante del partido por haber “presumido” en un chat interno de la militancia de VOX de sus intenciones de pegar un tiro al presidente del Gobierno.

Tras su detención fulminante, y tras una descripción de un supuesto “arsenal” por parte de los Mossos que no guardaba ningún parecido con la realidad, no hemos vuelto a saber más del presunto francotirador… ni mucho menos de la presunta “chivata“.

Todo lo anterior causó fuertes roces entre diversos militantes y algunos coordinadores que, según nos han relatado nuestras fuentes dentro del partido –afiliados que habrían estado presentes procedentes de VOX León y VOX Vascongadas– habrían incluso ocurrido en una reunión o evento social en la que estaba presente Javier Ortega Smith, secretario general de VOX, que ordenó en ese mismo momento la clausura inmediata de los “chats” de militantes y coordinadores en Cataluña.

A pesar de esta orden, parece ser que algunos miembros díscolos de la cúpula de VOX Barcelona no cumplieron lo que exigía Ortega Smith y han seguido manteniendo dichos chats y conspirando contra otros miembros de VOX en Cataluña para tratar de amasar más poder local en detrimento de otras provincias y demarcaciones.

Lola Martín, VOX BCN

Tres nombres aparecen insistentemente en los rumores sobre desencuentros, peleas, “puñaladas” a militantes y obsesión por controlar de forma férrea el partido en toda la Comunidad Catalana: Lola Martín, presidenta provincial de VOX, Marta Álvarez, coordinadora de VOX en el Vallés Oriental y Patricia Muñoz, coordinadora de VOX Sabadell y presunta “denunciante” del “francotirador” que precisamente se comunicaba con ella en uno de esos “chats” que fueron prohibidos por Javier Ortega y que siguen funcionando, por lo que nos cuentan, echando cada vez más “humo“.

Marta Álvarez, tal y como se presenta ella misma en su Facebook

Todo ello, a pesar de que los militantes de base afirman estar “hartos” de todos estos conflictos y de estas personas a las que califican de “arribistas” y que maniobraron para expulsar a Carlos Garcés, antiguo presidente provincial de VOX Barcelona y persona muy querida por los militantes que nunca aceptaron de buen grado su “desaparición” del organigrama. Una operación muy bien orquestada por estas tres personas, mas Antonio Amador, que le aislaron completamente hasta conseguir ningunearle y que al final fuese el propio Carlos Garcés quien dimitiese al no sentirse respaldado por estas personas que llegaron a ocultarle información organizativa de forma continua.

Nos cuentan que el control que ejercen estas tres mujeres es tan férreo que apenas comparten la información y directivas que llegan desde Madrid con otros coordinadores y que, cuando lo hacen, resultan estar intencionadamente alterados o tergiversados.

Patricia Muñoz, VOX Sabadell

Se han producido casos de acoso contra miembros del partido muy antiguos –en algún caso fundacionales– controlando su acceso a la información y expulsando a los que no se muestran obedientes con ellas en los chats de comunicación -chats que, insistimos, fueron prohibidos por Madrid debido a este tipo de problemas-.

El punto de ruptura entre estas mujeres y la militancia se ha producido cuando se ha sabido que, a propuesta de estas mismas personas, se va a votar en Madrid la inclusión de una “regla” en los Estatutos del Partido para que –curiosamente– los presidentes provinciales tengan el “privilegio” de poder expulsar de forma automática y sin ningún tipo de pre-aviso, consulta o simulacro de defensa para el interesado a cualquier militante de forma automática e inapelable.

Regla que ha producido un tremendo malestar en los militantes, que están a punto de celebrar sus elecciones internas en Febrero para definir sus candidatos a las Elecciones de Mayo. Esto supondría otorgar una herramienta de presión sin parangón y un poder casi medieval a los Presidentes Provinciales.

Todas estas rencillas y batallas internas -trufadas de acusaciones muy graves y que no podemos (de momento) reflejar aquí- están dinamitando a VOX en Cataluña -con la sola excepción de la demarcación de Gerona, que es la única que cumplió eficazmente la orden de Javier Ortega de cerrar los chats de la discordia y que no tiene problemas entre sus miembros-.

Carlos Garcés, ex líder provincial VOX BCN.

¿Será capaz la cúpula nacional del partido en Madrid de frenar esta sangría y este festival de “puñaladas traperas“? VOX está ahora mismo en la encrucijada de saber poner límite y freno a aquellos que, arrimándose sin la menor vergüenza a la estrella en ascenso intentan medrar en el interior del partido produciendo cánceres de expansión rápida que pueden desintegrar lo que tanto trabajo ha costado construir.